miércoles, 6 de abril de 2011

Octava

Lázaro (Cuento)

Lázaro era un niño inquieto y participativo en la escuela, aunque muchas veces era castigado porque cuestionaba mucho a sus mayores del porque de las cosas y no le gustaba que le impusieran algo cuando  lo consideraba injusto.

Cierto día en su salón de clase se paro arriba de su banca a plantear un problema a sus compañeros, ya que la maestra había salido un momento a la dirección.

Lázaro - ¡ Compañeros, su atención por favor ! (dijo con voz clara y fuerte y sesó el murmullo que había en el salón)

Lázaro - Hay que organizar una queja dirigida al director porque han pisoteado nuestros derechos, todos somos iguales, estudiantes y profesores.
Juan - ¿ A que te refieres Lázaro?

Lázaro - A que no es justo que cuando llegamos tarde no nos dejan entrar y a los maestros si. Debe haber un límite de tiempo para todos.

Juan - Estoy de acuerdo y empezare a escribir lo que me digas.

Lázaro - Escribe, respetable director nos dirigimos a usted muy amablemente con la siguiente petición...

( Y así continuó Lázaro hablando hasta terminar de dictarle a su compañero dando tiempo porque tardo mucho la maestra en la dirección).

La petición fue llevada y escuchada, a partir de esa fecha los maestros y alumnos solo tenían 15 minutos de tolerancia y si no se le cerraba la puerta para entrar a la escuela.

A partir de este hecho Lázaro creció con esa idea de igualdad y su rechazo a la injusticia, marcándolo para que hiciera grandes cosas en su vida adulta como la reforma agraria, donde a los campesinos se les repartieron tierras de la propiedad privada y los ejidos se convirtieron en propiedades comunales y la mas importante que marco el progreso y crecimiento de la nación, la creación de PEMEX (Petróleos mexicanos).

Hay hechos que marcan nuestra vida y nos ayudan a llegar lejos, pero cuando nos limitan un sueño cortan las alas de lo que podría ser un gran vuelo.

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